INCREDULO

A veces me parece irreal estar aquí. El hambre vence la pereza y es necesario salir, el viento golpea de frente y miro alrededor, por un segundo me pregunto donde estoy y me da la impresión de estar en un largo sueño.

El frío y el hambre me hacen volver, aquí estoy, solo hay tiempos de olvido e inconsciencia... De nuevo me pregunto las razones de este cambio de realidad, lo esencial parece estar latente .

EL ANONIMO

En ese enfrentamiento con el tiempo y la soledad me acuerdo de él, sus gustos, sus pasiones y su forma de actuar, su talento desperdiciado y el ideal de una vida que no pudo ser. Me reconozco en sus pasiones y en sus formas de escape, sus formas de matar el tiempo que ya está muerto. Sus errores me ayudan a marcar el camino incorrecto, me ayudan a reconocer esas ambiciones que nos llevan a precipitarnos y tomar decisiones equivocadas, su aprendizaje personal enseña con ejemplos.

Las historias comienzan en forma similar, casi todos emprendemos un camino en busca de lo que anhelamos, el problema empieza cuando los deseos nublan la mirada y nos llevan a cometer errores... ¿De nuevo aparece ese problema del punto medio, es suficiente el aprendizaje por medio de la contemplación?

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Me asfixio, intento huir, intento controlar esa ola destructiva que afecta a quienes se acercan inocentemente, los que no ven lo horrible tras la fachada.

Intento huir, no involucrarme demasiado, no dejar que me descubran. Me veo descubierto, el caparazón es invisible.

Necesito un respiro, aire puro, alejarme de tu aroma, de tu mirada, no ser juzgado, no preocuparme por el bienestar de nadie, perder la cabeza por un rato, abandonarme en mi mismo, olvidar y actuar coherentemente con mi propia incoherencia.

ESE SENTIMIENTO

¿Qué pasa en esta ciudad? ¿Por qué es tan propia y tan ajena? ¿Por qué a veces no se percata de mi presencia?

La luz blanca, las manos moradas, el viento en la cara, la nariz roja, los edificios grises y ese sentimiento indescriptible.

La ausencia, el abandono, el apego, el aburrimiento, la pasión y ese sentimiento.

La gente, el cine, la noche, los sueños en horas de vigilia, las ideas, las cobijas y el agua.

La humedad, el aire pesado y Buenos Aires.

EL HORRIBLE JAJAJA

Odio sonreírle a la gente, responder esa sonrisa superpuesta que oculta el vacio interior y deja en evidencia su estupidez. La sonrisa aprendida y usada como un accesorio más.

Ese mundillo del fashion de personalidad, todo incoherente, todo puesto, todo pensando en cómo verse. Algunos simplemente somos inexpresivos (Algunos como una especie de fe en alguien más.)

La sonrisa es útil, es cómoda para muchos, además si se usa bien puede ayudar a conseguir muchas cosas, lo difícil es aprender a usarla, ponérsela todos los días al salir de la casa, actuar mientras los ojos revelan la verdad. Hace falta un poco de cinismo, o tal vez un poco de frialdad, ser calculador... En fin, al salir de la casa todo se transforma, nunca se es tan uno mismo como se es debajo de las cobijas o en el baño, en completa soledad y en contacto consigo mismo, con el propio cuerpo y la propia mente, por eso es bueno de vez en cuando tomar un baño en la tarde o en la noche. También es posible taparse por completo y dejarse perder en las cobijas para desaparecer por un momento. Desaparecer completamente o sentir desaparecer.

"También está la buena sonrisa sincera que hace patética a la otra"

COSAS

Escribir para liberar, para intentar ordenar la cabeza y aflojar ese nudo en la garganta. Para entender cosas. Escribir para después leer, volver a leer para descubrir la irrelevancia de los pensamientos pasados, para revivir las nauseas y tal vez para sonreír ante el recuerdo de tiempos mejores o de la estupidez propia.

La literatura para escapar, para meterse en mundos prestados, para enamorarse de mujeres imposibles y compadecer a alguien que nunca se verá, para huir de la muerte, aunque siempre mirándola y acercándose tímidamente a ella para percibir otras cosas. La literatura para huir de la muerte...

LA SUERTE (Percepción de domingo)

Domingos de extrema sensibilidad...
sin zapatos.
Cerrando los ojos muchas veces en pequeños intervalos para sentir mejor.
Una gran bocanada, un gran suspiro...
En realidad suspiramos.
Se siente mejor, definitivamente mejor.